El nombre de Rebeca significa “muchacha amable”, aunque algunos autores dan otros significados. Fue la mujer del patriarca Isaac y la madre de los gemelos Esaú y Jacob.
Abraham envió a su mayordomo a buscar esposa para su hijo Isaac a la ciudad de Nacor en Mesopotamia. Buscando la dirección divina en este asunto tan crucial, halló a Rebeca, una joven amable, trabajadora y atractiva. Pidió la mano de la chica a su padre Betuel y partieron para Canaán con el fin de llevarla ante Isaac para que fuera su esposa.
Después de veinte años de matrimonio, Dios le concedió engendrar a los gemelos Esaú y Jacob, siendo Esaú el que nació en primer lugar y, por tanto, el primogénito.
Rebeca escogió como hijo favorito a Jacob, y engañó a su esposo Isaac, ya anciano y ciego, para que bendijese a Jacob en lugar de Esaú, el primogénito. Todo esto generó en Esaú una gran ira que se transformó en deseos de vengarse, teniendo la intención de dar muerte a su hermano. Jacob tuvo que huir y nunca más volvió a ver a su madre.
Rebeca recogió las consecuencias de su actitud reprobable. Su vida nos enseña a no tener preferidos entre nuestros hijos y a ser personas sinceras. De no ser así, la vida familiar se verá seriamente afectada.
Podemos encontrar la vida de Rebeca en los capítulos 24-28 de Génesis.
Rebeca fue sepultada en la cueva de Macpela como se relata en Génesis 49:31.
Extraído del Boletín de Oración mensual de la iglesia. (Abril 2013)
CALENDARIO "LA BUENA SEMILLA"
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