LOS SALMOS: SALMO 42-43
- Forman un solo poema con estribillo que se repite.
- Lo escribió un israelita que tenía un ministerio especial entre el pueblo.
- Deseaba volver a disfrutar de las bendiciones de la presencia de Dios entre los suyos.
- Invita a su alma a esperar en Dios.
- Lo mejor está por llegar.
Estos dos salmos forman parte de un solo poema, en el cual se repite tres veces el mismo estribillo (42:5; 42:11; 43:5).
Por su título, podemos deducir que se trata de la súplica de un israelita piadoso (tal vez un sacerdote o levita) que se encuentra en ese momento lejos del templo de Jerusalén y rodeado de un ambiente hostil.
Desde el comienzo del salmo, el escritor describe un anhelo ferviente por presentarse delante de Dios, y hacerlo en la compañía de los santos como él.
Se acordaba del disfrute que tuvo en otro tiempo cuando asistía a las reuniones y realizaba su ministerio de liderazgo en los cultos. También recordaba con nostalgia el gozo que sentía cuando Dios se manifestaba a su pueblo en bendiciones, y ese pueblo respondía sinceramente al Señor en ambiente festivo y con alabanzas. Todo esto le producía ahora un gran desasosiego, ya que la anhelaba, lo recordaba, pero no lo tenía.
Esta es la razón por la cual repite varias veces el mismo estribillo, posiblemente porque fueron las frases que le ayudaban en esos momentos críticos. Esta persona habla con su propia alma, le invita a esperar en Dios y se tranquiliza.
Tiene la firme convicción de que Dios aún se manifestará a él, le dará alegría, le sacará de todo esto, y podrá de nuevo alabarle.
¿Por qué te abates? ¿Por qué te desesperas? Espera en Dios. LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR.
Por su título, podemos deducir que se trata de la súplica de un israelita piadoso (tal vez un sacerdote o levita) que se encuentra en ese momento lejos del templo de Jerusalén y rodeado de un ambiente hostil.
Desde el comienzo del salmo, el escritor describe un anhelo ferviente por presentarse delante de Dios, y hacerlo en la compañía de los santos como él.
Se acordaba del disfrute que tuvo en otro tiempo cuando asistía a las reuniones y realizaba su ministerio de liderazgo en los cultos. También recordaba con nostalgia el gozo que sentía cuando Dios se manifestaba a su pueblo en bendiciones, y ese pueblo respondía sinceramente al Señor en ambiente festivo y con alabanzas. Todo esto le producía ahora un gran desasosiego, ya que la anhelaba, lo recordaba, pero no lo tenía.
Esta es la razón por la cual repite varias veces el mismo estribillo, posiblemente porque fueron las frases que le ayudaban en esos momentos críticos. Esta persona habla con su propia alma, le invita a esperar en Dios y se tranquiliza.
Tiene la firme convicción de que Dios aún se manifestará a él, le dará alegría, le sacará de todo esto, y podrá de nuevo alabarle.
¿Por qué te abates? ¿Por qué te desesperas? Espera en Dios. LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR.
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